Como Presidenta de la Asociación Blockchain Costa Rica, siempre me entusiasma compartir las posibilidades transformadoras de esta tecnología. Recientemente, tuve el honor de participar en una reunión del Club de Investigación Tecnológica, un espacio vital para personas profesionales y empresarias interesadas en el aporte tecnológico al desarrollo organizacional. Mi presentación, titulada “Innovación empresarial y de negocios con Blockchain: De Monedas Sociales, Negocios Colaborativos, Tokenización y otros experimentos”, buscaba precisamente eso: inspirar y abrir la mente a nuevas formas de crear valor.
Fue particularmente gratificante ver la diversidad y el calibre de la audiencia. Participantes de instituciones tan relevantes como la Contraloría General de la República, el Tribunal Supremo de Elecciones, el Banco Central de Costa Rica, Cenfotec y GBM se unieron a la conversación, con la moderación de dos grandes de la innovación de nuestro país, Roberto Sasso e Ignacio Trejos, líderes del club. Esto subraya un interés creciente y una comprensión ya avanzada sobre blockchain en sectores clave de nuestro país. La mayoría no solo había escuchado hablar de blockchain, sino que muchos ya tenían experiencia con el desarrollo de smart contracts, lo que elevó el nivel del intercambio.
Mi objetivo no fue ofrecer una charla técnica, sino presentar ejemplos concretos y prácticos de proyectos reales o en fase piloto, para inspirar el pensamiento fuera de la caja y la exploración de problemas que puedan ser resueltos con esta tecnología. Compartí la evolución de Cambiatus, una plataforma de código abierto que co fundé y que facilita la creación de monedas complementarias con uso de tecnología blockchain. Desde sus inicios en 2018 hemos visto el impacto positivo en comunidades de Costa Rica y otros países, contribuyendo al movimiento ReFi (Finanzas Regenerativas) al reconectar con el planeta y las personas. Los principios detrás de Cambiatus podrían muy bien aplicarse en entornos empresariales, por ejemplo para hacer visible la reputación de los colaboradores y crear programas de incentivos alineados con los objetivos de la empresa.
También expuse el caso de CofiBlocks, un negocio colaborativo que va más allá del comercio justo al conectar el café costarricense con el mundo Web3. Este proyecto busca la desintermediación y el reparto automático y transparente de beneficios a través de smart contracts, abordando la alarmante disminución de pequeños productores de café en nuestro país.
Otro punto destacado fue el proyecto RISE en San José, que explora la tokenización de flujos de ingresos en el contexto de la reactivación urbana con modelos de cohousing, coliving y coworking. Esto demuestra cómo blockchain puede mejorar la liquidez de activos y servir como un verdadero “playground” para modelos de negocio innovadores, abriendo nuevas vías de financiación creativa.
Finalmente, toqué el tema de la privacidad y la gobernanza, presentando el uso de Sakundi (proyecto de Andrés Gomez presentado en nuestro reciente Ticoblockchain 2025) para votaciones anónimas y pruebas de humanidad. La discusión sobre el prototipado rápido y cómo la inteligencia artificial (IA) puede agilizar este proceso fue muy bien recibida.
Un insight clave de la sesión fue la confirmación de que blockchain es un área donde nos beneficiamos enormemente de tener equipos multidisciplinarios. Me entusiasma la idea de promover más interacciones entre la industria, el gobierno y el sector blockchain. Identificar oportunidades y proyectos necesarios para nuestro país y para Latinoamérica surge como un objetivo primordial.
Una pregunta del público fue: “¿Cómo convencemos a la gente de usar blockchain?” Mi respuesta fue clara: no necesitamos convencer a nadie, necesitamos resolver problemas reales, esos que generan los verdaderos “dolores” en la vida de las personas. Cuando una tecnología ofrece la solución más natural y eficiente, su adopción se vuelve inevitable.
En este sentido, propuse que hagamos más experimentos, siguiendo el modelo del proyecto RISE del TEC en colaboración con la Municipalidad de San José. Desde 2024, el equipo detrás de RISE ha trabajado de cerca con AsoBlockchain para entender la tecnología y sus posibilidades, lo que les ha permitido diseñar poco a poco un proyecto de tokenización inmobiliaria que aspira a ser un ejemplo en el país.
Los colegas del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) compartieron un desafío de gran relevancia: la necesidad de desarrollar soluciones que les ayuden a manejar mejor y más transparentemente la deuda política, especialmente ahora que se acercan las elecciones presidenciales. Esta es una oportunidad de oro para que nuestros talentos de la comunidad blockchain se pongan al servicio del país. El colega Alejandro Herrera de la Contraloría General de la República también compartió sus experimentos en la tokenización de presupuestos públicos y cómo ha utilizado la IA para prototipar soluciones, demostrando un compromiso real con la innovación dentro del sector público.
Mi motivación final para la audiencia fue simple: experimentemos más, aprendamos juntos y creemos soluciones para Costa Rica. El potencial de blockchain para transformar positivamente nuestra sociedad es inmenso, y solo a través de la colaboración y la acción podremos materializarlo. Desde AsoBlockchain, seguiremos impulsando estos espacios de diálogo y colaboración, convencidos de que el futuro de la innovación en nuestro país se construye de la mano.